ENTREVISTA A DEVENDRA BANHART.

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¿En qué época te gustaría que te encuadraran?
Soy una persona atemporal, sin ninguna afinidad especial con ningún estilo o época de la Historia, ni de la música tampoco. Lo más difícil en el mundo es recordar que el único momento es este momento. Yo soy una persona que simplemente trata de estar en el momento, eso es todo.

¿Qué ganaste con la migración de América del Sur a Norteamérica?
Aprecio hacía el lugar en el que vivía. Cuando estás en Caracas, viviendo en un país considerado “de tercera”, lleno de violencia y de pobreza y, lo más importante, un país controlado por USA, vives bombardeado por el mensaje de que todo lo venezolano no vale nada, porque “da real thing” es lo norteamericano. Desde niño te mina, así que lo único que quieres hacer es mudarte a USA. Pero cuando llegas es cuando comienzas a apreciar Venezuela, su música, las “tonadas”, la comida, la gente...

¿Cómo ha influido en ti la música sudamericana y el tropicalismo?
En Caracas la música popular que escuchas, en todos los taxis, en todas las casas, es salsa, merengue, cumbia, bossanova, samba… y claro, muchos de mis héroes son de allí, especialmente brasileños. Pero hay también en mí una influencia de músicas de América de todas las épocas, y de hoy. La prensa tiene esas cosas de catalogarme de hippie, por salir en alguna foto con una camisa o chaqueta. Pero ahora, por ejemplo, estoy colaborando con los Wu Tang Clan.

¿Cómo sobrevive un outsider como tú en el Los Ángeles de los flashes y excesos?
Yo estoy fuera de todo eso; el problema es que la gente cree que yo soy Kenny Loggins en 1978. Pero yo estoy completamente fuera, yo no me meto en eso, no tiene nada que ver conmigo y, si me metiera, sé que me terminaría volviendo loco.

¿Cuál es tu sonido que más amas?
Me gusta el silencio. Y odio el silencio.

¿Qué música escuchas ahora?
Hecuba, Peter Broderick, Bat For Lashes, Fool’s Gold, Tynariwen, Here we go magic, Growlers, Jana Hunter, Brightblack Morning Light, Old Joy... Y me encanta el nuevo album de R. Kelly, no lo puedo parar de escuchar, las canciones se me meten en la cabeza, ¡me mata!

¿Tienes una palabra favorita?
Bing Bong Ban. ¿Y coleccionas algo? Salsas para aliñar ensaladas, de todo el mundo; diferentes marcas, épocas… ¡Tengo un armario lleno!

Puede decirse que tu carrera musical empezó en París, ¿cómo era tu vida allí?
Sangre, dolor, no poder dormir, hambre… Más que nada, sangre y dolor. Y lo digo sonriendo. Y baggettes. Y gente a la que todo parece olerle mal. Cuando no estoy allí me encanta París, pero cada vez que vuelvo lo único que deseo es irme. El gran problema de París no es la ciudad, es la gente francesa.

¿Continúas dibujando?
¡Claro! ¡He tenido como 25 exposiciones este año! Ahora mismo estoy preparando una con Beck Hansen en la galería Iguapop de Barcelona, mostrando sus fotografías y mis dibujos nuevos. He estado trabajando con él en el disco de versiones de Leonard Cohen. Lo grabamos todo en una sola toma, comenzamos a las 15:00 y terminamos a la 01:00, con los MGMT, Binki Shapiro de Little Joy, Andrew de Wolf Mother… Cada uno cogíamos un instrumento y empezábamos a tocar, sin haber leído las canciones, fue divertidísimo.

¿Podrías decirme alguna de tus referencias cuando escribes?
Hay muchos escritores que me influyen, como Oswald de Andrade, Balzac, Neil Gaiman, Mario de Andrade, Cervantes, Rimbaud, Alan Moore... Pero mis letras están más influidas por experiencias y lo que generan en mí, lo que me hacen sentir. Intentar dibujar, pintar con palabras. Lo primero es la palabra y la única pregunta que hago es ‘¿cómo suenas?’. Todo empieza con la palabra y después llega la música.

Por Sergio Gil.
Fotos de Rubén Vega. www.rubenvega.com

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El último disco de Devendra Banhart es "What Will We Be" (Warner)

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