El pasado 4 de julio, en Estados Unidos no había demasiadas ganas de celebración... Sí, tradicionalmente, en el Día de la Independencia de EE.UU todo son fiestas, concursos de comer perritos calientes, cerveza y fuegos artificiales, pero este año, con más de tres millones de contagiados, el país más afectados por la crisis del Coronavirus, tuvo que conformarse únicamente con un bombazo: Kanye West anunciaba su candidatura a la Casa Blanca.

Muchos recibimos la noticia con curiosidad, incluso con risa, pero otros han comenzado a preocuparse ya que la historia podría repetirse y es que, si Donald Trump logró alzarse con la victoria por encima de Hillary Clinton allá por 2017, ¿quién puede afirmar que el rapero no pueda lograr lo mismo?

 

Los expertos no se han inmutado, ni siquiera se lo han tomado en serio. La mera burocracia y sus siempre tajantes plazos impedirían al rapero poder presentar su candidatura para las elecciones presidenciales de este mismo año. En estados como el de Nueva York, de vital importancia para alzarse con la victoria, ya no es posible registrarse como candidato independiente y tampoco sería factible erigirse como representante del bando demócrata o republicano, al tener ya estos sus propios candidatos tras haber ganado Joe Biden y de nuevo, Donald Trump, las primarias el pasado abril.

 
 
 
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Aun así, las intenciones de Kanye West, aclamado cantante de cuarenta y tres años y marido de la siempre desconcertante y mediática reina de la tele-realidad, Kim Kardashian, ha vuelto a evidenciar la afición de muchas estrellas de la música y el celuloide por la política. Y no es de extrañar cuando quién ocupa el despacho oval es Donald Trump, un empresario millonario con una amplia trayectoria televisiva plagada de numerosas intervenciones en el cine y la televisión, con su propio reality incluido, emitido en el prime time de la NBC durante más de una década.

Pero ellos no han sido los primeros (ni serán los últimos) famosos que se han aventurado en el mundo de la política... Muchas otras celebrities lo han intentado con más o menos éxito a lo largo de los años. Recordemos que Ronald Reagan, actor de profesión, fue nombrado Presidente de los Estados Unidos en 1981. Y, sin ir más lejos, el oscarizado Clint Eastwood, ejerció como alcalde de la localidad californiana de Carmel durante dos años.

O el famoso Arnold Schwarzenegger, que fue nombrado gobernador de California en 2003 y se mantuvo en el puesto 8 años. También Cynthia Nixon, activista LGBT y ganadora del premio Emmy por su interpretación en Sexo en Nueva York, presentó con menos suerte su candidatura a gobernadora de Nueva York, perdiendo en las primarias ante el abogado Andrew Cuomo en 2018.

 

Pero, ¿qué es lo que atrae de la política a estos actores y actrices, miembros de la farándula hollywoodiense? ¿Es el espectáculo televisado y el juego de máscaras lo que llama la atención a estos profesionales del mundo del show business? Según el sociólogo Anthony Elliott, los famosos son unas figuras cuya profesión les permite que el público se sienta fácilmente identificado con ellos.

¿Acaso no son los actores o cantantes a quienes vemos y escuchamos hablar y sufrir sobre la vida y sus continuos sinsentidos? Ellos son los que nos evaden de la realidad, los que nos acompañan o amenizan a través de los auriculares y las pantallas durante nuestros largos y rutinarios días. Creemos conocerles, los notamos cerca, pensamos que nos comprenden al vernos reflejados en sus letras o actuaciones...

Kanye West es un cantante alabado por la crítica y el público que ha vendido millones y millones de copias de sus exitosos trabajos. Sus miles de fans le han escuchado hablar de temas tan importantes como el poder, el exceso, el racismo y las tensiones sociales, encumbrándolo como uno de los artistas más influyentes del planeta. La política parece ser su siguiente meta y West lo tiene claro: su show no ha hecho más que empezar...

 

Juan Marti Serrano: @sswango

Imágenes: Instagram y Giphy