Hay personas que llegan a este mundo para hacerlo temblar… y ya sea por desmontar los cimientos de la sociedad con un speech o por taconear con fuerza en la tarima, Samantha Hudson siempre provoca un terremoto. Cualquiera que la vea de primeras puede quedarse en lo artificiosa que aparenta ser su performance. No obstante, quien tiene la suerte de conversar con ella por un segundo, descubre que su discurso no se basa más que en la naturalidad de ser quien quieras ser. En Vanidad hemos tenido ese privilegio:

©Gonza Gallego

 

Eres una persona de lo más polifacética, por lo que describirte para quien todavía no te conozca es complicado… ¿Quién dirías que es Samantha?

Yo diría que es un fenómeno de la naturaleza, majísima y divertidísima (risas)… Quizás performer sea la etiqueta que más me corresponda, porque es una palabra muy ambigua que se adapta muy bien a mi ritmo de vida…

¿Cómo es ese ritmo? ¿Cómo es un día en tu vida? 

Pues mira, me estáis llamando y estoy haciendo mis recados de casa -aunque ahora recados hago pocos, porque tengo una agenda casi tan apretada como mis minifaldas-. Así que nada… haciendo promos, entrevistas, he estado todo este mes en Barcelona, el 10 de julio voy a Madrid. La verdad que mi vida es bastante distópica, miro mi agenda y veo ¿qué tengo mañana?: Podcast con Jordi Cruz; ¿Y por la tarde?: Entrevista con Chelo García-Cortés. ¿En qué momento mi vida se ha convertido en esto? La gente lo ve y pensará “esta chica está loca”…

¿Cómo te ves dentro de unos años? ¿Hacia dónde crees que evolucionará tu carrera? 

Yo creo que voy a seguir un poco en la misma tónica. De hecho, creo que una de las cosas positivas que tienen los trabajos que voy haciendo, es que me voy abriendo vedas en distintos formatos. Creo que ser experta en algo hoy en día es, en esencia, como ser un poco esclava de tus biorritmos. Y una chica tan moderna como yo no puede ser una esclava… 

En realidad, mi sueño es dirigir películas… Porque quería ser actriz, pero quiero hacer unos papelones de mujer chulísima, no encajo en perfiles actuales de hombre cis-heterosexual. Entonces decidí que si las narrativas de hoy en día no me correspondían y no me daban lo que yo pedía, pues que había que coger el toro por los cuernos y hacer una yo. A largo plazo, me gustaría estudiar dirección y guión. O ni siquiera estudiar, si me surge la oportunidad de dirigir algo, lo dirijo.

©Felipe Longoni

 

Bueno, ya has podido salir en una película: ¡Corten!, de Marc Ferrer, compartiendo cast con La Prohibida. Háblanos un poco del film. 

Es una película estupenda. Es un Giallo Marica, la típica película italiana de eventos imposibles, de asesinatos en todas las escenas y de chicas que huyen despavoridas… pero, esta vez, con un toque LGBT. Yo, en realidad, hago un personaje muy corto porque recortaron la mitad de mis escenas (risas). No sé el motivo, no lo pregunté porque tampoco me enfadó. De hecho, me hizo más gracia, creo que es mucho mejor contar la anécdota de que saliste en una película y te cortaron la mitad de las escenas que simplemente haber salido en una película, ¿no?

Te han hecho miles de entrevistas… ¿Cuál es la pregunta que te harías a ti misma y que nunca te han hecho?

¿Me dejas 10 euros? (risas) ¿Sabes qué pasa? Estoy embriagada de mi misma porque mi trabajo es: Yo, yo y yo… Entonces preferiría no preguntarme nada. Si me viera a mí misma desde fuera, seguramente, o me daría un bofetón en la cara y me iría corriendo, o me robaría la cartera…

©Gonza Gallego  
 

Utilizas la moda de forma atrevida e, incluso, con matices políticos. ¿Qué significa la moda para ti?

Hombre, a mí me parece bien todo, lo que no me parece bien es la industria. Con el cine y la televisión me ocurre igual. Es un sentimiento agridulce. Por un lado, no comprendo la frivolidad y el lado oscuro que tiene detrás: la explotación, la dictadura del like, las imposiciones estéticas… Pero, por el otro, creo que también es una buena forma de expresar una identidad. Si no fuese doña modelazos, pues seguramente no sería nadie. La moda es un juego que tienes que aprovechar para disfrutar. En el momento en el que lo empieces a pasar mal o eso te cree un estrés adicional, entonces ya se convierte en un problema y en un lastre.

¿Cómo ves el futuro del Drag en España? ¿Qué tipo de repercusión positiva y negativa crees que tendrá el programa Drag Race España? 

Lo que auguro, así a priori, es que se viene un boom de travestis. Todo el interés que esta despertando el programa y todas las esperanzas que se le dan a muchachas jovencitas - y a las no tan jovencitas- al ver que hay salida y que puedes participar en un programa de reconocimiento internacional, van a remover un poco la escena y habrá efervescencia travesti.

No sé si tendrá algo positivo o negativo, imagino que no todo es blanco o negro en la vida. Yo, siendo optimista, pienso que es un buen formato que pretende entretener, y si eso sirve para remover la escena y que se ponga en valor el trabajo de las transformistas, pues bienvenido sea. No obstante, no hay que olvidar todo lo underground y hay que seguir apoyando la escena local. No hay que permitir que lo mainstream fagocite al resto, debemos apoyar siempre a las travestis que están trabajando día a día. Es lo que decía antes, todo está bien, excepto cuando la industria se convierte en un monopolio.

Hablando de drags, ¿cómo surge la idea del videoclip de Disco Jet Lag y tu colaboración con La Prohibida?

La canción la hice para mí sola, pero luego, con Putochinomaricón, pensamos que le venía muy bien a La Prohibida. Como yo siempre la he admirado tanto y tenía la suerte de conocerla en lo personal, se la propuse y aceptó. Por otro lado, el tema de que saliesen 700 travestis en el video no es, ni más ni menos, que mi entorno cercano. Yo no he metido a las travestis en plan reivindicativo. Es lo que yo conozco, y para qué me voy a ir a lo de fuera si en mi universo tengo a unas artistas fenomenales y una sinergias preciosas.

¿Cómo fue la experiencia de juntarte con una de tus referentes como es La Prohibida? 

Hay veces que lo pienso y digo: “Ostras, hija que estás con La Prohibida, que tú de pequeña perdías el culo por ella…”. En realidad, luego lo naturalizas mucho y te das cuenta que el fenómeno fan existe en tu cabeza. Tras desmitificar a alguien, yo solo me quedo con lo positivo, que es que ella es una artista excelente. Estoy encantada de colaborar con ella y unir fuerzas, sobre todo para hacer cosas tan chulas porque, aunque no fuera mía, ¡la canción es un temazo!

Siguiendo con los referentes, ¿con quién te gustaría colaborar próximamente?

Creo que lo más divertido en la vida es que las cosas te lleguen de repente… prefiero vivir sin expectativas y ver qué me depara el futuro. No obstante, así a voz de pronto, me encantaría conocer a Manuela Trasobares. Es una mujer que tiene todo lo que yo quiero ser.

©Felipe Longoni

  

Te has convertido en icono de la comunidad queer. ¿Alguna vez te has sentido abrumada por tener que cargar con las críticas?

Mmm… no. Creo que con las cosas que digo -siempre que tengo un hueco en los medios, me siento muy coherente y consecuente-. Hay veces que la gente me trata como si fuera una ministra o una presidenta y yo soy un travesti que tiene 21 años. Evidentemente, no voy a decir siempre cosas acertadas. Ya he naturalizado tanto eso… si la gente quiere tomarse en serio todo lo que digo, yo lo voy a agradecer, pero también tengo en mente que las expectativas de las demás no son culpa mía.

La gente se le olvida que eres tan joven, pero eso también es bueno porque a veces cuesta que los jóvenes sean tomados en serio...

Por eso me gusta presumir de la edad que tengo. Da la sensación de que a la Generación Z se nos trata siempre como a la generación tonta, de infantiles y vagas… y yo creo que venimos pisando fuerte y que tenemos un cambio generacional y cultural tremendo. Yo soy Pro-Generación Z siempre.

¿Crees que 2021 ha marcado un antes y un después en la concepción de la identidad de género?

Sí, además se ha reflejado en los medios. Las redes sociales permiten que se hablen de cosas que luego pueden trascender a un medio de comunicación más grande y el género es uno de las grandes cuestiones de nuestra época y de nuestra generación.

Esta semana comienzan las actividades con motivo del Orgullo. ¿Cómo crees que evolucionarán este año? ¿Crees que al verse obligadas a dejar la fiesta multitudinaria, sufrirán menos polémica?

Yo creo que siempre hay dos caras: la real y la que le da la gana de sacar a los medios. Siempre ha habido una faceta más militante y crítica. Evidentemente, siempre hay que reivindicar y no olvidarnos de que es una manifestación, pero creo que se trata de una manera muy injusta la celebración del Orgullo LGBT, sobre todo porque se dice que sale gente desnuda y montando escándalo, pero luego se olvida de que cuando es la Eurocopa ocurre lo mismo y nadie se cuestiona que sea un evento negativo.

Siempre, siempre, siempre, al colectivo LGBT se nos exige que demos justificaciones y que nos expliquemos. Así que, si queremos hacer fiesta, pues claro que se hace fiesta. ¿Cómo no vamos a estar orgullosos de todo lo que hemos conseguido? Pero luego también, que no se olviden de que no somos solo una carroza. Siempre hay parte del colectivo, muy reivindicativa y combativa que tiene más que ver con la militancia que con la celebración.

 

Texto: Lucía Callejas @lulu.callejas