Admitámoslo, si alguien nos hubiese contado de qué iba la vida adulta, es muy posible que hubiésemos escogido no crecer…
Imagen: Archivo
Imagen: Archivo
Admitámoslo, si alguien nos hubiese contado de qué iba la vida adulta, es muy posible que hubiésemos escogido no crecer…
Todos los niños se pasan su infancia queriendo crecer, ser mayores (o al menos eso es lo que creen que quieren): conducir el coche que hay en el garaje, tocar la guitarra, salir a cenar, usar pintalabios, afeitarse, quedarse despiertos hasta tarde… ¡Por supuesto! La vida de los adultos mola… hasta que eres adulto. ¿Por qué nadie le cuenta a sus hijos qué ocurre después de la universidad? ¿Por qué nadie nos había hablado de alquileres, multas, impuestos y horas extra? Ojalá pudiésemos volver atrás porque razones por las que no querríamos crecer, hay de sobras…