Madrid  y un verano que se asoma tras la semana monzónica en la que hemos estado sumidos. Es tiempo de luz, de faldas cortas, pelo suelto y música a granel. Es el tiempo del amor. La capital comienza a convertirse en escenario musical de festivales veraniegos, tras la estampida del glorificado Summercase hace ya un par de temporadas. El festival Dcode, un recién nacido, muy buscado y querido, aterriza este verano en el seno de la Universidad Complutense con una programación musical de rechupete y con actividades y eventos aledaños que lo consolidarán como una alternativa de calidad ante la ristra de festivales enraizados en las costas y capitales españolas. Un cartel musical aliñado con un programa artístico trufado con proyecciones de videoartistas internacionales y repartido en dos intensos días. Una fiesta a la que se apuntan grupos totémicos como los esplendorosos Band of horses, Crystal Castles, Kasabian o The Hives alternando tipografía y espacio con grupos de una escena más discreta y especial como Manel, Havalina, The New Raemon, Javiera Mena o los madrileños Autumn Comets, una de las últimas confirmaciones. La convocatoria musical avanza de la mano, y con paso firme, junto a la exposición Art Barter o Arte por Trueque, una iniciativa pionera en España, importada de Londres y que, posteriormente, viajará a Estambul y a Miami, coincidiendo con Art Basel. Su apetecible planteamiento se basa en una exposición multidisciplinar que busca fomentar la interacción y el intercambio entre artistas y público, trangrediendo las reglas que rigen el mercado del arte. En Art Barter los artistas que exponen sus obras (algunos consagrados como Miquel Barceló o Javier Mariscal y otros jóvenes y emergentes como Nano4841, Enrique Marty o Antonio Ballester Moreno) reciben ofertas o pujas de posibles compradores, siempre basadas en el trueque y sin que el dinero medie palabra en el acuerdo. En anteriores convocatorias, en Londres, Nueva York o Berlín, algunos artistas han recibido ofertas insólitas y preciosas como la de Noriaki Hattori, quien se dejó seducir por un coche a control remoto de Óscar, un niño de 7 años para desprenderse de uno de sus aclamados trabajos. Sin duda, uno de los trueques más entrañables generados por este formato fue el que recibió el artista Asger Carlson, quien se decantó por la puja “mi primer hijo” de entre todas las ofertas recibidas. La “compradora” resultó ser su novia. Íñigo Martínez y Lauren Jones, responsables del evento. ¿Quién sabe cual será la oferta tentadora para convencer a alguno de los artistas de la cesión de su obra? ¿Se te acurre alguna idea irresistible? Acércate a visitar la exposición y puja con el corazón porque no sabrás la autoría de las obras hasta el desmontaje de la exhibición, otra de las perlas de esta curiosa y apetecible iniciativa en el marco del festival Dcode. Se avecina un último fin de semana de junio verdaderamente disfrutón. Por Pilar Heránz Burgos. Festival Dcode: 24 y 25 de junio en el Centro deportivo Cantarranas. Art Barter, hasta el 25 de junio en C Arte C (Centro de Arte Complutense), Avda Juan de Herrera, 2. Más información, en la web del festival. SI TE HA INTERESADO ESTE ARTÍCULO, VISITA: -LA PELÍCULA DEL DÍA DE LA MÚSICA.

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