Hubert de Givenchy, el adiós a la elegancia francesa
Hubert de Givenchy visitó a varias actrices como Audrey Hepburn y a primeras damas como Jackie Kennedy. Repasamos su vida y obra a través de sus vestidos
La moda está de luto. El sábado pasado -pese a que la maison dio la noticia ayer- falleció uno de los últimos nombres de la alta costura: Hubert de Givenchy. El francés, fundador de la casa homónima, fue uno de los exponentes de la alta costura del pasado siglo convirtiéndose en un todo un icono de la historia de la moda.
Nacido el 21 de febrero de 1927 en el seno de una familia aristócarata afincada en Beauvais, cerca de París, se trasladó a la capital francés a los 17 años para estudiar en la École des Beax-Arts con modistos como Elsa Schiaparelli.
Tras trabajar como aprendiz, en 1952 abre en parís la Maison Givenchy, su primer taller. Poco después conoció a quien fue determinante en su carrera, el español Cristobal Balenciaga. También a Audrey Hepburn, durante las pruebas de vestuario del filme Sabrina (1954), quien se convirtió en su musa.
Iconos de la moda como la primera dama Jackie Kenenedy, actrices como la ya citado Hepburn, Jane Fonda o aristócratas como Grace Kelly o Wallis Simpson -la Duquesa de Windsor- fueron algunas de sus clientas que lucían como ninguna sus creaciones. Sinónimo de elegancia, exquisitez... llegados los años 60 fue el modisto que toda mujer con clase querían vestir.
Supo adaptarse al paso del tiempo y a las nuevas corrientes de la moda. En 1988 vendió su firma al conglomerado del lujo LVMH y en 1995 presentó sus últimas colecciones de alta costura y prêt-à-porter, retirándose un año después.Diseñadores como John Galliano, Alexander McQueen, Ricardo Tisci o la actual directora creativa de la firma Clare Wiaght, han sido algunos de los que han estado al frente de la maison.
A parte de su labor como modisto, fue el impulsor del Museo Balenciaga en Guetaria (San Sebastián) así como de su Fundación, como discípulo y admirador del diseñador. En 2014 con motivo de la exposición en el museo Thyssen de una retrospectiva de su obra, el francés afirmó que "ya no existe la elegancia ni la dirección, incluso en las clientas que una vez depositaron su confianza en mi". Quizás los nuevos tiempos propiciaron esto, pero lo que no podrá borrar el tiempo será la huella de uno de los genios de la moda del siglo XX y XXI.
Desde VANIDAD rendimos homenaje a esta leyenda de la moda a través de sus creaciones más icónicas.