LA ROPA INTERIOR, EXCLUSIVA PARA HOMBRES
La evolución de la ropa interior viene de la mano de los grandes cambios sociales. A lo largo de la historia, la lencería femenina ha ido definiciendo el cuerpo de las mujeres, mientras revelaba los valores políticos y culturales de la sociedad. Las primeras imágenes que se tienen sobre el uso de ropa interior las encontramos en el antiguo Egipto. Era de uso exclusivo de los hombres. Pues los egipcios se consideraban superiores a las mujeres. Sólo las prostitutas usaban una pequeña lencería (a modo de tanga) para diferenciarse. Los griegos, por su parte, abogaban por la liberación del cuerpo entre ambos sexos, dejando la ropa interior para los deportistas. Sin embargo, con la llegada del Imperio Romano los hombres volvieron a usarla. Preocupados por su higiene íntima, comenzaron a utilizar una especie de pañal que cubría todo el área genital. Esa especie de taparrabos que los gladiadores hicieron muy popular en la arena del circo. Sin embargo, en esta época las mujeres sólo podían llevar túnicas. En la Edad Media ese espíritu libre que había caracterizado las sociedades anteriores desaparece por completo. La Iglesia consideró (y decidió) que el cuerpo de ambos debía ser escondido con largos camisones blancos. Pero, los hombres querían distinguir su ropa de la de las mujeres... Porque, una vez más, se consideraban superiores. Por tanto, se fue permitiendo el lujo de usar una prenda más cómoda y ceñida, el culotte, con lo que resguardan sus organos genitales del polvo y otras suciedades, pero ¿por qué las mujeres, que durante la menstruación se proteguían con bandas, no los utilizaban? Porque llevar culotte significaba ser igual que el hombre y la sociedad de entonces, no lo aceptaba. Fue entonces cuando comenzó una "lucha" por conseguir este mismo "privilegio" que tardó unos años en conseguirse. Gracias a Catalina de Médicis, se introduce en la corte un tipo de culotte para las mujeres que montaban a caballo. De ahí fue evolucionando ajustandose a la ropa de cada época hasta convertirse en las braguitas que conocemos hoy en día (pasando por varias etapas, claro está).Corsetería
Pero, como ya sabéis, la historia de la ropa interior no puede contarse sin el corsets. Es la prenda que pone los pilares base de la lencería femenina... A pesar de todos los años de opresión y de la insistencia de los diseñadores de moda por su imposición. Aunque si con algo de todo esto te debes quedar es con el nombre de Herminie Cadolle, una corsetera a la que no le gustaba nada la moda del corsets. Era feminista y quiso liberar a las mujeres de esta prenda pero proteguiendo sus senos. Se le ocurrió cortar el corsét en dos y hacer una protección para el pecho en 1889 (aunque hubo una patente anterior en Londres en 1886).Evolución
La ropa interior que se ha ido imponinedo al cuerpo de la mujer al antojo de la moda y de la sociedad. No sorprende que, aunque tanto costó conseguir usarla, también fue la antítesis de los movimientos feministas. Las mujeres fueron teniendo cada vez más voz. Consiguieron, incluso, cerrar algunas de las marcas de lencería de la época de la primera ola, cuyas activistas consideraban estas prendas como un símbolo de la mujer objeto. Huit, fue la marca que se atrevió a lanzar de nuevos, sujetadores y bragas a juego pero esta vez. Estaban destinados a la mujer libre y activa de los años 70 y 80. Aunque muchos de los diseñadores , como Coco Chanel o Dior, intentaron rescatar la moda del corset (y en sus diseños lo consiguieron). Pero las mujeres eran cada vez más partidarias de usar una ropa interior más cómoda. A medida que las décadas pasan, la ropa interior femenina se ha ido adaptando a los nuevos pensamientos. Y ahora por fin somos nosotras quienes decidimos qué y cómo queremos la lencería, a pesar del intento de imposición de las marcas. Lo que queda claro es que en la actualidad, incluso la ropa interior más cómoda está quedándose atrás... Pues la última tendencia en moda es marcar pezones. ¿Te apuntas?
Alba Onsurbe - albaonflo Imágenes: archivo