El mundo siempre nos divide en dos tipos de personas: las de Android y las de Apple, las que dejan los bordes de la pizza y las que se los comen, las que prefieren los perros y las que se quedan con los gatos... y así sucesivamente hasta llegar a las que quitan las hebras del plátano antes de comérselo y las que se lo comen sin importarles nada.
Seas el tipo de personas que seas, seguro que no sabes que estas hebras reciben el nombre de floema y que son las responsables de repartir los nutrientes que hacen que se forme el plátano. Por eso te contamos por qué no tienes que quitarlas...
Según explica Nerea Rodríguez, wellness expert, "los filamentos del plátano contienen mucha más cantidad de fibra que el resto del plátano. También tienen una alta concentración de vitamina B6, calcio, antioxidantes, potasio y magnesio en abundancia que favorecen la función de los músculos y los nervios".
Y lo mismo pasa con el resto de frutas y verduras. "Debemos aprovechar las capas y hojas exteriores de estos alimentos para minimizar la pérdida de fibra y vitaminas y para mantener una microbiota intestinal y un sistema inmunitario fuerte" explica Nerea. Cuando pelas algunas frutas y hortalizas estás tirando nutrientes que combaten enfermedades y mantienen el cuerpo y la piel funcionando adecuadamente. Pero, ¿en qué porcentaje? Mucho. La experta en wellness explica que "el contenido de vitaminas en la fruta desciende desde la piel hasta el centro del alimento".
En este sentido, existe un mundo maravilloso más allá de la piel de una manzana. Seguro que nunca te hubieses imaginado que la piel de la pera, del pepino, incluso del kiwi, son de lo más beneficiosas. Según una investigación publicada en Food Chemistry, la vitamina E se encuentra (sobre todo) en la piel de esta fruta, por lo que lo ideal es lavarla bien y comerla sin pelar.
Lo mismo pasa con la piel del plátano, pero lo mejor es que podemos comerla si es de producción ecológica porque no es tóxica y contiene sustancias beneficiosas. Vitaminas del grupo B, fibra, carotenoides y polifenoles antioxidantes... Otro ejemplo son las berenjenas, cuya piel contiene un fitonutriente llamado nasunina, un potente antioxidante que ayuda a reparar el daño celular. O las patatas, con casi un 20% de vitaminas y minerales en su piel, además de un buen aporte de fibra.
Dicho esto, te preguntaras: ¿pero valen todas?. No te vengas arriba y utiliza el sentido común. Si su exterior es duro (como en el caso de la piña) deberías pelarla... aunque también puedes utilizar sus propiedades y sabor en otros platos, hervirlas para conseguir infusiones o beberlas en forma de smoothies. De esta manera eliminarás por completo la textura, conservando todos los beneficios que ofrece comer el alimento completo. ¿Útil, verdad?
Anna Alarcón: @_annalarcon
Imágenes: Agencia