Hay quien dice que la sostenibilidad en la moda es imposible, pues el actual sistema per se promueve el consumismo desenfrenado. Sin embargo, por suerte, cada vez surgen más marcas e iniciativas con valores medioambientales y éticos y, al mismo tiempo, el consumidor de hoy en día está más concienciado que nunca sobre el impacto de esta industria en el planeta y en la sociedad.
Ver esta publicación en Instagram
A continuación te presentamos la guía imprescindible Made in VANIDAD para conseguir un armario un poco más circular. Porque la sostenibilidad es una carrera de fondo en la que no hemos hecho más que empezar y, al fin y al cabo, el cambio comienza en uno mismo...
1. Tu armario actual: ¿te inspira?
Dime cómo es (y cómo tienes organizado) tu armario y te diré cómo eres. Podría ser perfectamente una frase de Marie Kondo, la gurú japonesa del orden que cuenta con fans y detractores a partes iguales. En cualquier caso, coincidimos con ella en que tu armario debe inspirarte. Con eso, los días de “no sé que ponerme” deberían quedar atrás...
Para conseguirlo, es importante que organices tu armario (y lo mantengas con un cierto orden) para ver de forma rápida todo lo que tienes, y analizar qué es lo que más te pones, esas prendas y accesorios más especiales… y también aquello que has comprado y no has usado tanto como planeabas. Esto hará que en tus próximas compras seas más consciente.
Por supuesto, no tires nada a la basura. Si la pieza en cuestión está en buen estado, valora regalarla, donarla o venderla a través de plataformas como Vinted. También puedes llevarla a puntos de recogida de la ONG Humana, que desarrollan diversos proyectos sociales y medioambientales, o a tiendas como H&M o Mango, que reciclan tu ropa usada y a cambio, te dan un descuento en tu próxima compra.
2. Cuida tus prendas y accesorios
El otro gran secreto de un armario circular es alargar la vida útil de las piezas (que te encantan). Esto implica seguir las instrucciones de cuidado que van en las etiquetas, no lavarlas innecesariamente (además de por el impacto en agua y energía que representa), y repararlas antes de desecharlas. Una cremallera rota, un botón perdido, una suela gastada, un bolso con un asa estropeada, etc... son muy fáciles de reparar y a menudo cuestan menos que un artículo nuevo.
Del mismo modo, siempre puedes recurrir a una modista de tu zona para arreglar ese vestido que ya no te sienta tan bien. O ponerte creativa en casa y actualizar o customizar esa falda ‘desfasada’ o esa camisa que has rescatado de tu padre.
Cortesía de Vestiaire Collective
3. A la hora de comprar, primero segunda mano
Para evitar el impacto medioambiental que genera la producción de moda (y empezar a abordar el problema), no hay decisión más coherente que la de eliminar ese proceso. Es decir, reutilizar las prendas que ya tenemos o, si queremos adquirir nuevas, que no lo sean del todo: comprar ropa de segunda mano o vintage. Con opciones online como Vestiaire Collective o Depop nunca había sido tan fácil (ni tan divertido).
Aunque si eres de los que prefiere ver y tocar tus posibles futuras reliquias, echa un vistazo a nuestra ruta de shopping vintage y apunta las direcciones clave.
Cortesía de Depop
4. Leer la composición de las prendas con la misma atención que dedicamos a los ingredientes de los alimentos
No es casualidad que el auge de movimientos como el RealFooding, impulsado por el nutricionista Carlos Ríos, coincida con el aumento del interés por la moda sostenible, así como con diferentes iniciativas a favor de la información y la responsabilidad en otras industrias. Como comentábamos en el primer párrafo de este artículo, el consumidor está siendo cada vez más consciente hasta el punto de que muchas compras son percibidas como un ‘voto’.
Esta tendencia de mirar los Nutritional Facts de los alimentos que compramos y aprender las nomenclaturas en el proceso, deberíamos extrapolarla a la moda y convertirla en un hábito. Conocer de qué están hechas las prendas que compramos y vestimos, así como leer las etiquetas, puede tener un gran impacto en nuestra huella ambiental.
¿Qué debemos buscar? En primer lugar, materiales reciclados o regenerados. En su ausencia, opta por tejidos naturales de bajo impacto como el lino, algodón orgánico y fibras de la marca Tencel como Lyocell, que son más sostenibles. Evita, siempre que puedas, las mezclas con fibras artificiales, el PVC, la viscosa y el algodón estándar. Se trata de calidad sobre cantidad, y comprar mejores materiales significa que, a menudo, durarán mucho más.
5. En resumen, compra menos
No te vamos a decir que rehúyas las tendencias. No obstante, sí que escojas aquellas que más se alinean con tu personalidad. Al final la clave es, obviamente, comprar menos, comprar aquello que te inspira, que es de buena calidad ¡y hacer que dure!
Carla Tomillo: @carlatomillo
Imágenes: cortesía de las marcas, Instagram y archivo